viernes, 25 de noviembre de 2011

Si Dios fuera mujer

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia. 


Mario Benedetti

Romance del enamorado y la muerte

Yo me estaba reposando
anoche como solía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos se dormían.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.

- ¿Por dónde has entrado, amor?
¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.

- No soy el amor, amante:
La muerte que Dios te envía.
- ¡Hay muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!

- Un día no puedo darte,
- una hora tienes de vida.
Muy deprisa se levanta,
más deprisa se vestía.

Ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
- ¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta niña!

- ¿La puerta cómo he de abrirte
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.

- Si no me abres esta noche,
ya nunca más me abrirías;
la muerte me anda buscando,
junto a ti vida sería.

- Vete bajo la ventana
donde bordaba y cosía,
te echaré cordel de seda
para que subas arriba,
si la seda no alcanzaría,
mis trenzas añadiría.

Ya trepa por el cordel,
ya toca la barandilla,
la fina seda se rompe,
él como plomo caía.

La Muerte le está esperando
abajo en la tierra fría:
Vamos, el enamorado,
la hora ya está cumplida.

  Anónimo

viernes, 11 de noviembre de 2011

De como la palabra quiso ser y no podía

mientras la paz sea el fin y no el comienzo                             
mientras el miedo se combata con el miedo
mientras la ley sea norma y no principio 
mientras la soledad sean miles de adjetivos
mientras sólo a los de siempre les llegue el agua al cuello
mientras la libertad sea una palabra de las enciclopedias
mientras la inteligencia se escriba con minúsculas 
mientras los fusiles nos tengan a todos como blanco
mientras la sociedad sea la suciedad
mientras el orden se mantenga a culatazos
mientras la justicia esté de vacaciones
mientras todos estemos en libertad provisional
mientras se diga ejército y no ejercito
mientras la igualdad sea un signo matemático

no me digáis que la palabra sirve para algo.
MANUEL DIEZ DE LOS RIOS

¿Quiénes eran ellos?

No sabían hablar.                                                    
(Ellos habían dicho que las palabras sobran.)
Tampoco sabían reírse como se ríen las sombras.
(Ellos lo habían prohibido.)

Ya no sabían saltar, ni correr a latirse el corazón.
(Ellos se lo habían negado. Ellos lo sabían todo, 
    [lo preparaban todo, lo latían todo.)

No quedaban más que surcos vacíos.
(Ellos habían pasado sembrando la nada.)

Esto ocurrió hace mucho tiempo.
(Cuando ellos llegaron.)

Ellos.
¿Quiénes eran ellos?

Cristina Forte

En algún lugar

En algún lugar                                                                                  
tiene que haber un rayo de luz
que disipe las tinieblas del futuro
una esperanza
que no se deje matar por el desencanto
y una fe
que no pierda inmediatamente la fe en si misma

En algún lugar
tiene que haber un niño inocente
al que los demonios no han conquistado aún
un frescor de vida
que no espire putrefacción
y una felicidad
que no se base en las desgracias de los demás. 
 
En algún lugar
tiene que haber un despertador de la sensatez
que avise el peligro de los juegos autoaniquiladores
una gravedad
que se atreva a tomarse en serio
y una bondad 
cuya raíz no sea simplemente maldad frenada. +
 
En algún lugar 
tiene que haber una belleza
que siga siendo belleza
una conciencia pura
que no oculte un crimen apartado
tiene que haber
un amor a la vida
que no hable con lengua equívoca
y una libertad
que no se base en la opresión de los demás.
 
Maria Wine 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Siembra

Cuando de mí no quede sino un árbol
cuando mis huesos se hayan esparcido
bajo la tierra madre;
cuando de ti no quede sino una rosa blanca
que se nutrió de aquello que tú fuiste
y haya zarpado ya con mil brisas distintas
el aliento del beso que hoy bebemos;
cuando ya nuestros nombres
sean sonido sin eco
dormidos en la sombra de un olvido insondable;
tú seguirás viviendo en la belleza de la rosa,
como yo en el follaje del árbol
y nuestro amor en el murmullo de la brisa

¡Escúchame!
Yo aspiro a que vivamos
en las vibrantes voces de la mañana.
Yo quiero perdurar junto contigo
en la savia profunda de la humanidad:
en la risa del niño,
en la paz de los hombres.
en el amor sin lágrimas.

Por eso,
como habremos de darnos a la rosa y al árbol,
a la tierra y al viento,
te pido que nos demos al futuro del mundo...

Miguel Otero Silva